Alba cuesta. Psicoterapia. Ansiedad, stress

Alba cuesta. Psicoterapia. Ansiedad, stress

CASOS DE ÉXITO

APERTURA Y ACEPTACIÓN DE UNO MISMO

Empecé a ir con Alba después de una serie de episodios desagradables en mi vida; episodios que pusieron de relieve que había muchas cosas dentro de mí que me había empeñado en enterrar durante muchos años. Eran cosas que me dolían mucho, por supuesto; y como digo, durante muchos años preferí mirar hacia otro lado creyendo que dándoles la espalda al final el dolor acabaría desapareciendo. Evidentemente estaba equivocado, pues el efecto fue el contrario.

Al principio de ir con Alba me sentía desbordado, incapaz de poner nombre a lo que sentía, de gestionarlo y de expresarlo. De hecho, la dificultad por expresar mis sentimientos fue uno de los aspectos más trabajados, poco a poco, durante meses, pues yo partía de una posición de blindado absoluto, de opacidad.

Uno de los aspectos que más me gustó del trabajo realizado con Alba fue la forma de enfocar la terapia, en el sentido que no me daba respuestas categóricas a mis dudas y miedos, sino que me proporcionaba la ayuda necesaria para encontrar esas respuestas dentro de mí. Al principio me sentía desconcertado y con miedo, sin saber cómo podía organizar y expresar mis pensamientos y sentimientos. Fue con su ayuda cómo aprendí a utilizar los recursos que estaban en mí, y que yo desconocía, para darle un nuevo enfoque a ciertas conductas que me eran improductivas, algunas incluso dañinas.

Camilo


ACEPTACIÓN DE LÍMITES - GESTIÓN DE EMOCIONES

Desdramatizar. Cuando empecé las sesiones me di cuenta de que había convertido en tragedia algunos episodios de mi vida y que esa actitud me estaba haciendo mucho daño. A medida que avanzaba en la terapia con Alba, observé que, verbalizando todo aquello que yo consideraba un drama en mayúsculas, era capaz de enfrentarme a mis miedos.

Flexibilizar. Con la terapia Gestalt descubrí que algunos de mis pensamientos eran demasiado rígidos y que tenía que flexibilizarlos de manera urgente. También me di cuenta de que tenía muchas ideas preconcebidas y de que juzgaba con facilidad a las personas que me rodeaban. Alba me ayudó a eliminar prejuicios y a no cuestionar las decisiones de los demás, por muy descabelladas que me parecieran. Al flexibilizar los pensamientos advertí que tenía que replantearme mi escala de valores porque de lo contrario nunca sería feliz.

Responsabilizarse. En las sesiones con Alba vi que el papel de víctima no conduce a nada y que tenía que responsabilizarme de mis errores. Aprendí entonces a no mirar para otro lado y a coger el timón de mis pensamientos, actitudes y decisiones. Me di cuenta de que me preguntaba contínuamente por qué, cosa que me perjudicaba profundamente, y comprendí entonces que no tenía que hacerlo porque a veces la respuesta simplemente no existe.

Gestionar las emociones. La Gestalt puso delante de mí un espejo en el que se reflejaron todas mis emociones y el poco control que ejercía sobre ellas. Alba me ayudó a gestionarlas y a canalizarlas mejor. Se rió y se emocionó conmigo y eso me hizo sentir que era una persona normal y no un bicho raro como me sentía en ocasiones.

La terapia Gestalt es, además del darse cuenta, un ejercicio de aprendizaje y de crecimiento personal. En este proceso Alba ejerció de guía a través de su escucha, su empatía y su cercanía. Hay que ser valiente para decidirse a hacer terapia pero cuando encuentras a un buen profesional el camino es mucho más sencillo y fructífero.

Mª Ll. C


DUELO Y DEPENDENCIA

Conocí la terapia Gestalt a través de un curso de formación para docentes y me gustó mucho el modo como se trataban las emociones. Yo me encontraba en un momento muy delicado de mi vida, el más duro que he vivido hasta hoy, y me di cuenta que la Gestalt me podía ayudar.
Me puse en contacto con un centro que había justo al lado de mi casa y empecé a trabajar con Alba. Con ella he pasado los mejores y los peores mementos de mi vida, en un camino que me ha llevado de la muerte a la vida. De la enfermedad y muerte de mi padre al nacimiento de mi primera hija. En el transcurso de este camino me han pasado y he aprendido muchas cosas gracias a su manera de escuchar, acompañarme y enseñarme a conocer mucho mejor mi manera de ser y de sentir. He aprendido a deshacer vínculos que me hacían daño, he aprendido a no ser tan dependiente, he aprendido a no tener miedo de afrontar la vida, con las cosas positivas y las negativas. He aprendido a decir NO a lo que no quiero, a creer en mi capacidad de superación, a creer en mi y creer que yo también soy importante y valgo la pena. He aprendido a llorar cuando tengo ganas, a estar sola cuando lo necesito y a no estar siempre pendiente de la opinión de los demás.
Y ha sido Alba quien me ha ayudado a hacer todo esto escuchando siempre todo lo que tenia que decir sin prejuicios.
Hemos llorado juntas, hemos reído juntas e incluso he sufrido con ella ataques de ansiedad y ataques de risa.
En definitiva ha sido mi “salvavidas”
Le agradeceré eternamente por todo lo que ha significado para mí, todo el trabajo que hemos hecho juntas.


Marta D.


DUELO SEPARACIÓN- GESTIÓN DE EMOCIONES

Llegué a la Gestalt sin conocer mucho lo que significaba, había hecho otras terapias pero me encontraba en un momento de la vida en que tenía que aprender a gestionar mis emociones y para hacerlo primero tenía que hacer una mirada adentro para poderme conocer algo más.
Fue un año intenso de terapia con Alba que me ayudó a reconocer mi situación de vida, qué patrones estaba repitiendo y quería cambiar. El hecho de verme con más claridad me permitió gestionar mejor el miedo y la rabia y de este modo poder hacer los cambios en mi vida que no me veía capaz de hacer. Revisar y reflexionar sobre quién era, qué me pasaba, que quería hacer, me ayudó a, poco a poco, ir encontrando respuestas por mí misma.
El acompañamiento respetuoso y la empatía me fueron de gran ayuda para hacer este camino. De todos modos fueron muchos los momentos en que no habría vuelto a la visita, remover a veces hace daño, cuesta y la certeza de saber que Alba no juzgaba lo que me pasaba y el clima que se creaba en las sesiones me ayudaba a continuar. Era un espacio donde yo podía ser con todo lo que traía y dónde además la responsabilidad de los cambios que estaba haciendo era mía, y esto me ayudaba a sentirme más fuerte.
Siempre estaré agradecida a Alba por acompañarme en aquella época tan intensa y difícil. Ahora cuando vienen momentos difíciles a veces recuerdo cosas de aquellas sesiones, sin duda aprendí muchas cosas de mí misma.

Gracias Alba!


Varinia O.