Alba cuesta. Psicoterapia. Ansiedad, stress

Alba cuesta. Psicoterapia. Ansiedad, stress

SOBRE LA GESTALT

Fritz Perls. Fundador de la Gestalt

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A menudo la gente me pregunta qué es la Gestalt y se me hace difícil dar una expiación teórica. Ha sido la experiencia quien me ha hecho comprenderla y la entiendo como una forma de vida.
Cuando profundizamos en la terapia Gestalt empezamos a darnos cuenta de lo que nos pasa, de cómo somos y cómo funcionamos, de qué mecanismos usamos para afrontar lo que nos sucede o de cómo evitamos nuestras emociones. Con el tiempo aprendemos sobre nuestro carácter, sobre nuestras luces y sombras, sobre nuestro potencial y nuestras carencias. Aprendemos a manejar las emociones, a dejar atrás nuestro ego, a sentir lo que nos gusta de nosotros mismos y a desprendernos de todo aquello que no nos sirve para dejar espacio a lo que realmente somos.
Aprendemos a desaprender y a encontrar el equilibrio entre cuerpo, emoción y mente.
¿Cómo aprendemos?
El método principal de la terapia Gestalt es el “darse cuenta” (awareness) y es uno de sus tres pilares básicos. De hecho a esta terapia también se la conoce por ese término.
El camino del aprendizaje del darse cuenta implica en primer lugar, reconocer nuestra forma de funcionar. Poner atención interna y relajada en lo que sentimos, pensamos o hacemos. Siendo conscientes podemos comenzar a desaprender.
La conciencia es una gran herramienta que podemos cultivar para sentirnos más libres y en paz con nosotros mismos y con el mundo que nos rodea. Tomar conciencia de lo que nos sucede a nivel emocional, racional y corporal. Estos tres niveles suelen estar muy descompensados. Por ejemplo, tendemos a somatizar, es decir, trasladamos inconscientemente afecciones psíquicas a nuestro cuerpo

El presente es otro importante concepto a tener en cuenta.
La vida sucede en este mismo instante. Todo lo demás son recuerdos o anticipaciones. Cierto es que llevamos a cuestas una mochila cargada de vivencias que se arraigaron en nuestro interior y que nos impiden desarrollarnos plenamente. En Gestalt trabajamos con lo que nos pasa aquí y ahora en relación a esta mochila. Recuperamos esos recuerdos para desprenderlos de donde quedaron enraizados y así dejar espacio a nuevas experiencias.

La responsabilidad es el tercer y último pilar de la terapia Gestalt.
Asumir la responsabilidad de lo que nos sucede sin adoptar el rol de víctimas. Tener en cuenta que aunque no podemos hacer que los demás cambien, sí podemos hacer algo para cambiar nosotros.
Si nuestra actitud es la de no creer en nosotros mismos, revisemos qué es lo que nos impide crecer porque tenemos en nuestras manos todo el potencial y la capacidad necesaria para dirigir nuestra vida.
Aprender a través de la Gestalt requiere de su tiempo y de sus ciclos. Todo depende del grado de compromiso que adquiramos y de los cambios que deseemos.